46. La Segunda Venida De Cristo
por Lewis Sperry Chafer
A. LA IMPORTANCIA
DE LA SEGUNDA VENIDA
En estudios anteriores
al de la segunda venida ya han sido presentados los hechos principales
acerca del arrebatamiento, la venida del Hijo de Dios por sus santos (capítulo
12) y la venida de
Cristo con sus santos (capítulo 13). Aquí, la segunda venida de Cristo para establecer
su reino será considerada en su lugar como un suceso importante en el programa profético.
Los capítulos que siguen están íntimamente
ligados con este estudio y tratan los importantes temas de las resurrecciones, los juicios de Dios sobre Israel y las naciones, y el reino milenial. Estos grandes
temas se combinan para
proporcionar la meta bíblica de la
historia, que en gran medida determina la
interpretación de toda
la Biblia.
En el Antiguo y el Nuevo Testamentos se presenta en muchos pasajes la importancia de la
venida de Cristo a establecer su reino. La doctrina, en la forma que ha sido revelada, es mucho
más que el solo fin de la historia humana. Es más bien el gran clímax que conduce el programa de Dios a su punto más elevado. Por esta razón, todos los sistemas de teología que tienden
a ignorar o a minimizar la doctrina de la segunda venida de Cristo y el gran volumen de pasajes bíblicos que tratan del reinado
de Cristo sobre
la tierra son inadecuados y sólo pueden ser
justificados negando el significado claro y literal
de muchas profecías e ignorando
extensas porciones de
la revelación.
La segunda venida de Cristo, con el reino que lo sigue, es el corazón mismo del progreso de las Escrituras
y es el tema más importante de la profecía
del Antiguo Testamento. Los grandes pactos de la Escritura
se relacionan con el programa de Dios, especialmente los pactos con Abraham, Israel, David
y el nuevo pacto. Gran parte de la revelación
de los Salmos y de los profetas mayores y menores giran en torno a este gran tema. Los grandes libros proféticos como
Daniel, Zacarías y Apocalipsis
centran su atención en el tema
de la segunda venida de Cristo
y la consumación de la historia y el reino. Por esta razón, la doctrina de la segunda venida en gran
medida determina el total de la teología del intérprete de la Biblia y justifica
el intento de ordenar detalladamente
los sucesos proféticos que
aún están por cumplirse
a fin de ser fiel a toda
la revelación bíblica.
B. PROFECIAS DEL ANTIGUO
TESTAMENTO ACERCA DE LA SEGUNDA VENIDA
Mientras el arrebatamiento es una doctrina del Nuevo Testamento que jamás se menciona en
el Antiguo Testamento (porque la iglesia como tal era un misterio no revelado
en el Antiguo Testamento), la segunda venida está firmemente
asentada en el Antiguo Testamento.
Probablemente la primera de
las profecías claras acerca de la segunda venida
de Cristo
está
en Deuteronomio 30:1-3. En esta profecía acerca de la reunión de Israel en su tierra nuevamente, se
predica que Israel se convertirá al Señor espiritualmente y que entonces el Señor «hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te
hubiere esparcido
Jehová tu Dios» (v. 3). La expresión «hará volver» indica un acto de
intervención de Dios en la
situación, y a la luz
de
las Escrituras
posteriores
se relaciona
claramente con la venida del Señor mismo.
Los Salmos, aunque constituyen el libro
de
adoración del Antiguo
Testamento, frecuentemente se refieren
a
la
segúnda
venida de Cristo.
Después de una introducción
descriptiva del justo,
en contraste con el malvado en el Salmo 1, el Salmo 2 inmediatamente
describe la gran
contienda de Dios con las naciones.
Aunque los príncipes
del mundo desean
rechazar a Dios y su gobierno sobre ellos, Dios declara su propósito:
Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi monte santo» (2:6).El salmo sigue anunciando que este
rey, al enfrentarse
con los malos,
«los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero
los desmenuzarás» (y. 9).
La trilogía
formada por los Salmos 22, 23 y 24 presenta
a Cristo como el buen Pastor que daría su vida por sus ovejas (Jn. 10:11); el Gran Pastor, que vive siempre para interceder
por los suyos
(He. 13:20);
y
el Príncipe de los
Pastores que viene como el Rey
de
gloria para recompensar a los pastores fieles
(1 P. 5:4). El Salmo 24 describe la situación milenial: «De Jehová
es la tierra» (y. 1). Se exhorta a las puertas de Jerusalén que se levanten
para dar paso al
Rey
de Gloria (24:7-10).
En el Salmo 50:2 se menciona el reinado de Cristo desde Sión. Como se verá más tarde en el estudio del Milenio, el Salmo 72 describe a Cristo que ha venido a la tierra para reinar sobre las naciones. El Salmo 89:36 habla del establecimiento del trono de Cristo en cumplimiento del pacto
con David inmediatamente
después de su segunda venida. El
Salmo 96, después de
describir el honor y la gloria de Dios, exhorta a los cielos y la tierra a que se regocijen «delante
de Jehová que vino; porque vino a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con verdad» (v. 13).
La posición actual de Cristo a la diestra de Dios es descrita en el Salmo 110, pero también se predice que vendrá el día cuando El reinará sobre sus enemigos y su poder saldrá de Sión (vv. 2,
6). De estas diversas
profecías se desprende claramente que la verdad acerca de la segunda venida de Cristo y su reino es una revelación de gran importancia en el Antiguo
Testamento y no
una de
importancia secundaria.
Esto es confirmado como un tema principal
entre los profetas mayores y menores. En la gran
declaración profética de Isaías 9:6, 7 Cristo es descrito
como un niño que ha nacido y al mismo tiempo es Dios todopoderoso. Describe su reinado sobre el trono de David como un reinado
que no de los resultados
de la segunda venida de Cristo
y del
establecimiento de
su reino. Este pasaje será discutido más ampliamente en el estudio
del reino milenial. Sin embargo, la introducción
del reino depende de la doctrina de una venida literal de Cristo a la tierra y de la demostración
del poder divino para juzgar a los malvados. También se menciona esta escena en Isaías 63:1-6, donde se describe gráficamente el
juicio
de Cristo sobre la tierra
en su segunda venida.
En las profecías de Daniel que tienen relación con los tiempos de los gentiles y el programa de Dios para la nación de Israel, se relaciona
la consumación de ambos con la venida del Hijo del
Hombre desde el cielo (Dn. 7:13-14). Este pasaje da una clara descripción
de la segunda venida:
«Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo
de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse
delante de él. Y le fue
dado dominio, gloria y reino, para que todos
los pueblos, naciones y lenguas
le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y
su reino uno que no será destruido.» Daniel
había anunciado la misma verdad al interpretar la visión de Nabucodonosor y había predicho en Daniel
2:44 «un reino que no será jamás destruido».
Igualmente, la mayor parte de los profetas
menores tocan este tema, y en forma especial lo
hace el libro de Zacarías. Según Zacarías 2:10-11, el Señor declara: «Canta y alégrate, hija de Sión;
porque he aquí vengo,
y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y se unirán muchas
naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces
conocerás que Jehová de los ejércitos
me ha enviado a ti.» Esta es
una clara referencia al milenio
terrenal y al reinado de Cristo que sigue a su segunda venida. Aún más específico
es Zacarías
8:3-8: «Así dice Jehová:
Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén;
y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad» (y. 3).
Los versículos
4-8 describen las calles de Jerusalén
llenas de muchachos y muchachas que
juegan y a los hijos
de Israel que son traídos de todo el mundo y habitan en Jerusalén.
Zacarías 14:1-4 describe en forma dramática la segunda venida de Cristo mismo, que
viene
en la culminación
de la guerra mundial que ha sobrevenido en el Medio Oriente y en la ciudad de
Jerusalén. Zacarías dice: «Y se afirmarán SUS pies en aquel día sobre el monte de los Olivos,
que está enfrente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia
el oriente y hacia el occidente,
haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará
hacia el norte y la otra
mitad hacia el sur»
(v. 4).
La descripción gráfica de la división
del Monte de los Olivos en el momento de la segunda
venida de Cristo deja en claro que ningún suceso del pasado puede compararse con SU segunda venida. La ridícula interpretación de que la segunda venida se realizó en el día de Pentecostés o
en la destrucción de Jerusalén
del año 70 no sólo la contradicen las últimas profecías que presentan
la segunda venida como un acontecimiento todavía futuro (como en el libro
de
Apocalipsis), sino que
tiene en contra el hecho
de que el Monte de los Olivos permanece sin haber sufrido cambio
alguno.
Cuando los pies de Cristo se posen sobre el mismo Monte de los Olivos que fue testigo de su
ascensión en Hechos
1, ello será la señal para que se produzca un cambio en la topografía de toda la
zona que rodea
a
Jerusalén, en preparación para el reino que
se
establecerá. Consecuentemente, la segunda venida de Cristo en el Antiguo Testamento no se puede negar con
explicaciones en el sentido
de
que
algún suceso
pasado o alguna
experiencia espiritual contemporánea, por ejemplo, que la venida de Cristo por sus santos ocurre cuando uno muere, o
con cualquier otra explicación que es totalmente inadecuada
para explicar la revelación bíblica. En cambio, en el Antiguo Testamento la segunda venida de Cristo es la gran consumación de la
historia mundial, en la que el Hijo de Dios viene a reclamar el mundo por el cual dio su vida y para ejercer
su poder o autoridad sobre el mundo que
no quería que Cristo reinase.
C. LA SEGUNDA VENIDA DE
CRISTO EN EL NUEVO TESTAMENTO
En la revelación del Nuevo Testamento acerca de la segunda venida de Cristo se introduce un nuevo factor con la revelación del arrebatamiento de la iglesia.
En el Antiguo Testamento las predicciones de la primera y segunda
venida de Cristo se mezclaban con frecuencia y los
profetas tenían dificultades
para distinguirlas. Cumplidas
las profecías acerca de la primera venida, ya no hay problemas para distinguir entre las profecías relacionadas con sus sufrimientos
y aquellas que tienen que ver con su gloria.
Sin embargo, en el Nuevo Testamento, debido a la terminología similar para describir la venida
de Cristo por sus santos y la venida de Cristo con sus santos, no siempre es claro cuál
acontecimiento se tiene en vista; en cada caso se debe llegar a una decisión sobre la base del
contexto. El tema de la
venida futura de Cristo es un tema de gran importancia en el Nuevo Testamento, y se estima que uno de cada veinticinco
versículos se refiere a ella de uno u otro modo. Se pueden
seleccionar por lo
menos veinte pasajes extensos
que contribuyen con los
elementos de mayor importancia de la revelación del
Nuevo Testamento (Mt.
19:28; 23:39; 24:3-
25:46; Mr. 13:24-37; Lc. 12:35-48;
17:22-37; 18:8;
21:25-28; Hch. 1:10-11; 15:16-18; Ro.
11:25-27; 1 Co. 11:26; 2 Ts. 1:7-10; 2 P. 3:3-4; Jud. 14-15; Ap. 1:7-8; 2:25-28; 16:15; 19:11-21;
22:20).
Además de los hechos
notados
en
el estudio
previo de Mateo
13, debemos destacar importantes puntos de
énfasis.
1. La segunda venida de Cristo es postribulacional y premilenial.
La interpretación literal de
las profecías
acerca de la segunda venida de Cristo no sólo aclaran que es el preludio
del acontecimiento que establece
el reino de Cristo sobre la tierra
por mil años, sino que además sirve para distinguirla del arrebatamiento de la iglesia, esto es, Cristo que viene por sus santos.
De parte de los que espiritualizan las profecías acerca
del reino
futuro
sobre
la tierra,
la tendencia ha sido mezclar
las profecías
acerca del
arrebatamiento y las
profecías sobre la segunda venida de Cristo y considerarlas como un solo suceso, que ocurre de una sola vez,
considerando así el arrebatamiento
como un suceso postribulacional. La misma interpretación literal de la segunda venida, que lleva a la conclusión
de que será seguida por el reino milenial
sobre la tierra,
sirve para
distinguirla
del
arrebatamiento de la
iglesia.
Los
sucesos
son
claramente diferentes en su propósito, carácter y
contexto.
En el libro The Rapture Question (La cuestion del arrebatamiento), por John F. Walvoord, se
dan cincuenta
razones para sostener que el arrebatamiento
es pretribulacional y la segunda venida para establecer
el
reino es
postribulacional. Igualmente,
en el
libro
The Millennial
Kingdom (El reino milenial), por Walvoord, se presentan argumentos teológicos e históricos acerca del establecimiento de un reino literal
sobre la tierra.
Mientras los teólogos siguen en desacuerdo sobre este tema, el problema queda determinado en gran parte por los principios
de interpretación que se use. Los que
interpretan la profecía literalmente, y que uniformemente toman en consideración los detalles
de la profecía, pueden apoyar adecuadamente la conclusión
de que la segunda venida de Cristo es
postribulacional y premilenial.
2. Las descripciones de la segunda venida de Cristo
en
todos
los pasajes
importantes
relacionados con ella enseñan
claramente que su venida
es personal. Desde
luego, esto es apoyado por la revelación de los ángeles en Hechos
1:11, que informaron a los discípulos que
estaban mirando hacia el cielo: «Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como le habéis visto ir al cielo.» Esto se refiere a la segunda venida de Cristo a la tierra, y no al arrebatamiento.
Así como
El
se
fue personalmente
al cielo, también
volverá personalmente. Desde luego, esto es apoyado por otros pasajes importantes
como Mateo 24:27-
31 y Apocalipsis 19:11-16.
3. Los mismos pasajes que indican
que su venida será personal, enseñan que será una venida
corporal. Aunque la deidad de Cristo es omnipresente y puede estar en el cielo y en la tierra al
mismo tiempo, el cuerpo
de Cristo es siempre local
y ahora está a la diestra de Dios Padre. En su segunda venida
Cristo volverá
corporalmente,
así como
ascendió corporalmente. Esto es
apoyado por
Zacarías 14:4:
«Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre
el monte de los Olivos.» También lo apoya el pasaje
de Hechos 1, que afirma que su venida será del mismo modo que su ascensión.
4. En contraste con el arrebatamiento, en
que no hay evidencia de que
el mundo como un
todo verá la gloria de Cristo, la segunda venida
de Cristo será visible
y gloriosa. Cristo mismo describió su venida como un relámpago que resplandece desde el oriente hasta el occidente
(Mt.
24:27). Así como la ascensión en
Hechos 1:11 es visible,
su segunda venida será visible, y Cristo
«vendrá como le habéis visto ir al cielo».
Cristo dijo en Mateo 24:30: «Verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder
y gran gloria». El principal argumento del libro de Apocalipsis es que Cristo será revelado
al mundo en su segunda venida y en el reino subsecuente. Según Apocalipsis 1:7: «He aquí que viene
con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes
de la tierra
harán lamentación por él.» Verán a Cristo, no como el humilde nazareno que sufre y muere, o en su cuerpo de resurrección en el cual
su gloria estaba algo velada mientras Cristo estaba aún sobre la tierra.
La segunda venida de Cristo pondrá en exhibición la gloria del Hijo de Dios, como se reveló antes a Juan
en Apocalipsis
1:12-18 y se describe
en detalle
en Apocalipsis
19:11-16.
En
consecuencia, la segunda venida será uno de los acontecimientos más dramáticos
de todos los tiempos y será el clímax de todo el programa de Dios que comienza en Edén cuando Adán pecó
y perdió el derecho de reinar.
5. La segunda venida
de Cristo está también íntimamente relacionada a la tierra y no es un
encuentro en el espacio como el arrebatamiento de la iglesia. Muchos pasajes hablan de Cristo
que reina en Sión, viene a Sión y sale de Sión, todas ellas referencias a la ciudad literal de
Jerusalén (Sal.14:7; 20:2; 53:6; 110:2; 128:5; 134:3; 135:21; Is. 2:3; Jl 3:16; Am. 1:2; Zac. 14:1-
4; Ro. 11:26). Según las Escrituras, no solamente su pie tocará el Monte de los Olivos, sino que
su venida es en conexión con la destrucción
de los ejércitos que tratarán de conquistar Jerusalén
(Zac. 14:1-3).
6. La segunda venida de Cristo será presenciada
por todos los santos ángeles y por todos los santos de todos los tiempos que están en el cielo. Es la venida con sus santos y no la venida por sus
santos. Aunque un propósito
importante de la venida de Cristo es libertar a los santos afligidos que aún viven en la tierra, la descripción del suceso en Mateo 25:31 afirma que todos los
ángeles estarán con El. Apocalipsis 19:11-21 es aún más explícito
y presenta a los ejércitos
celestiales que le siguen. Estos indudablemente incluyen a los santos ángeles y a los santos que están
en el cielo. La segunda venida será un tiempo de reunión de todos los elegidos, los resucitados, los trasladados y aun los que estaban en sus cuerpos naturales
sobre la tierra. Todos participan, de un modo u
otro, en este dramático suceso relacionado con la segunda venida.
7. El propósito declarado de la segunda
venida es juzgar la tierra (Sal. 96:13).
Esto será considerado en los próximos estudios
de los juicios de Israel, de las naciones y el juicio de Satanás y de los ángeles caídos. En Mateo 19:28 Cristo les dijo a los doce apóstoles se unirían a
El para juzgar las doce tribus de Israel. Mateo 25:31-46 describe
el juicio de los gentiles sobre la
tierra en el momento de la segunda
venida. Ezequiel 20:35-38 predice
el juicio de Israel en el momento de la segunda venida. Los que mueran durante el tiempo de persecución que precederá a la segunda venida serán
resucitados y juzgados según Apocalipsis
20:4.
La misma verdad es presentada
en las diversas parábolas
que tratan del tiempo del fin en los evangelios,
y en las Escrituras se encuentra una mención frecuente
de esta
verdad (Lc. 12:37, 45-
47; 17:29, 30; 2 Ts.
1:7-9;
2:8; Jud. 15; Ap. 2:27;
19:15-21).
La
tierra,
que
actualmente manifiesta
toda su pecaminosidad
e incredulidad y que en su mayor parte vive como si Dios no
existiese, caerá bajo
el justo juicio de Dios.
Sin embargo, a pesar de lo extenso que es el juicio, no destruirá
la tierra en forma completa. El
juicio por fuego descrito en 2 Pedro 3:10 no ocurrirá hasta el fin del milenio, cuando la tierra
y los cielos que ahora existen sean destruidos y sean creados un
nuevo cielo y una nueva tierra.
El día de Jehová, que comienza con el arrebatamiento e incluye en su introducción los juicios que preceden y siguen inmediatamente la segunda venida, concluye al final del milenio con la destrucción final de la tierra y los cielos que ahora existen.
El triunfo del pecado en nuestro
mundo moderno es
temporal.
El triunfo de la justicia de Dios es cierto.
8. El propósito importante
de la venida de Cristo es librar
a quienes han sobrevivido al martirio durante la tribulación,
sean judíos o gentiles. Según Mateo 24:22, si la venida de Cristo fuera demorada indefinidamente, los juicios catastróficos derramados sobre la tierra destruirían toda la raza. La tribulación es cortada por la venida de Cristo para librar a los escogidos
de ese destino. En Romanos 11:26-27 se describe a Israel como salvado y libertado. Esto recibe el apoyo de Lucas 21:28, donde
se
habla de la segunda
venida de Cristo y es denominada «tu redención». En el Antiguo
Testamento hay pasajes como Zacarías 14:4 también describen en esta liberación.
9. Sin embargo, la segunda venida de Cristo no solamente trae el juicio sobre los malvados y liberación para los justos, sino que introduce un nuevo estado espiritual que será considerado en
el estudio del milenio. El mismo acontecimiento que trajo juicio sobre los impíos produce un nuevo
avivamiento espiritual
a quienes han confiado en el Señor. Esto es apoyado por Romanos
11:26-27
y está incorporado en el nuevo pacto de Jeremías 31:31-34.
10. La segunda venida de Cristo tiene también el propósito central de establecer
el reino davídico. En la discusión
de la relación de la iglesia con los gentiles en el concilio de Jerusalén (Hch. 15) se argumenta que las profecías anteriores de Amós 9:11-15 predecían el orden de la
bendición de los gentiles primero, seguida por la restauración del tabernáculo de David. Esto iba
a coincidir con la reunión de Israel restaurado en su tierra, estableciéndose en ella para no volver a ser dispersado (Am. 9:14-15; véase
también Ez. 39:
25-29). El regreso físico de Israel, el restablecimiento del reino davídico y el derramamiento del
Espíritu de Dios sobre la casa de Israel (Ez. 39:29) se combinan para preparar a Israel y el
mundo para
las glorias del mundo que seguirá. Según Ezequiel 37:24, los santos del Antiguo
Testamento participarán en el reino, siendo David elevado a la categoría
de príncipe sobre Israel bajo Cristo. El propósito de Dios era, según fuera anunciado a la virgen María en Lucas 1:31-33,
que Cristo vendría a reinar
sobre la casa de Israel para siempre.
Tomada como un todo, la segunda
venida de Cristo es Un acontecimiento maravilloso que ocurre al final de la Gran Tribulación e introduce el reino milenial. Será una venida personal y
corporal que será visible en todo el mundo, y será la manifestación de la gloria de Dios. Estará
relacionada con la tierra más que con el cielo y especialmente con Jerusalén en el Monte de los Olivos.
Cristo, en su venida, estará acompañado por los santos ángeles y los santos. Su propósito en su venida
es juzgar al mundo,
librar a quienes han confiado en El, sean judíos o
gentiles, traer un avivamiento en Israel y en el mundo, restablecer el reino de David e introducir
la dispensación final de su reino
sobre la tierra por mil años. En el contexto de este acontecimiento podrían considerarse ahora la doctrina
de la resurrección y la de los juicios relacionados con la segunda venida.
PREGUNTAS
1. ¿Cuáles son algunos
de los grandes temas relacionados con la doctrina de la segunda venida?
2. ¿Con cuánta
extensión se trata la doctrina de la segunda venida en el Antiguo
Testamento?
3. ¿Con qué contribuye Deuteronomio 30:1-3 a la
doctrina de la segunda venida?
4. ¿En qué forma trata la segunda venida el Salmo 2?
5. ¿Qué grandes
temas son desarrollados en los
Salmos
22, 23 y 24?
6. Hacer un resumen de la verdad
acerca de la segunda venida y el reino milenial
según se presenta en los Salmos 50, 72, 89, 96 y 110.
7. ¿Cuál es la contribución de Isaías 9:6-7?
8. ¿Cómo describe
Daniel 7 la segunda venida?
9. ¿Cuáles son las contribuciones de Zacarías 2, 8 y 14
a la doctrina de la segunda venida?
10. ¿En qué forma refuta Zacarías la idea de que Cristo ya ha cumplido la promesa de su
segunda venida?
11. ¿Qué dificultad tenían los profetas del Antiguo Testamento para distinguir la primera y
segunda venidas de Cristo?
12. ¿Qué dificultad correspondiente
se encuentra en el Nuevo Testamento para distinguir
entre el arrebatamiento y la segunda venida de Cristo para establecer su reino?
13. Hacer un resumen de la evidencia
de que la segunda venida de Cristo a la tierra para
establecer su reino es postribulacional y premilenial.
14. ¿Cómo es que el premilenialismo depende
de los principios
de interpretación de las
Escrituras?
15. Demostrar que la
segunda venida de Cristo
es personal.
16. ¿Qué evidencia apoya la conclusión de que Cristo regresará corporalmente en su segunda
venida?
17. Hacer un contraste
entre la extensión
en que Cristo será visible para el mundo en el
arrebatamiento y en su segunda venida a establecer su reino.
18. ¿En qué sentido están íntimamente relacionadas la segunda venida y la tierra en contraste con el arrebatamiento?
19. ¿Quién
acompañará a Cristo en su
segunda venida a la tierra desde
el cielo?
20. Hacer un resumen de la enseñanza acerca de que Cristo juzgará la tierra en su segunda
venida.
21. Distinguir
los juicios que ocurrirán antes del milenio, de los que ocurrirán al finalizar
el milenio.
22. ¿En qué forma se relaciona
la segunda venida de Cristo con la liberación de los salvados en la Gran Tribulación?
23. ¿En qué sentido es que la
segunda venida inaugura un nuevo estado espiritual?
24. ¿Cómo se
relaciona la venida de Cristo
con el restablecimiento del
reino davídico?
25. Hacer un resumen de los principales
hechos relacionados con la venida de Cristo como un
evento importante.
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